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Partido histórico de Mariano ante Nadal en Suecia, perdiendo 6-7, 7-5 y 7-5

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(nota del cronista de Clarín minutos después del partido)

foto del Bastad Tennis Stadium

 

Rafael Nadal le ganó en tres sets al argentino Mariano Navone en los cuartos de final del ATP 250 de Bastad, en Suecia, por 6-7, 7-5 y 7-5, luego de casi cuatro horas de partido. El español llegaba a esta instancia tras vencer a Cameron Norrie en la fase previa y vuelve a pelear por un título por primera vez después de 2 años.

Navone, de 23 años y con apenas cinco meses de rodaje en torneos ATP, comenzó el partido decidido, sin pensar que enfrente tenía a quien hasta hace poco era su ídolo al que miraba por televisión, y al que elogiaba por Twitter:

Nadal en polvo es imposible de ganarle, le intentás por todos lados y no podés, dejate de hinchar Rafa“, fue su mensaje en esa red social en mayo de 2014, cuando el mallorquín ganaba el noveno de sus catorce títulos en Roland Garros.

Diez años después, Navone salió a jugar contra Rafa con el mismo atrevimiento que este año le significó un meteórico ascenso en el ranking ATP, del puesto 125 a ser top 30 el mes pasado y el enorme mérito de ser el primer tenista en la era profesional que juega su primer Grand Slam, en Roland Garros, en condición de preclasificado.z en el ATP 250 de Bastad.

En la cancha principal del Bastad Tennis Stadium (en la foto), Navone se puso 4-1 y parecía tener encaminado el primer set, pero del otro lado estaba Rafa. El español sacó a relucir la fiereza de su brazo y su cabeza de robot para hacer tambalear al nacido en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires.

Sin ceder un segundo en su intensidad, a la vez que Navone titubeaba, Nadal levantó los dos quiebres en contra y llegó a tener un set point con el saque del argentino, que pudo reaccionar a tiempo y puso el marcador 6-6.

El tie-break fue otra prueba de las grandes para Mariano, que se soltó y dominó al mallorquín desde el arranque, esta vez para definirlo con contundencia en un 7-3 que gritó con euforia y alivio, ante un Rafa que se fue a su silla con gesto de enojo.

Rafa salió al segundo capítulo mostrando de qué está hecho. A pesar de que en el primer set se recuperó y tuvo contra las cuerdas a su rival, en el fondo sintió como un golpe no haber sentenciado la historia cuando el argentino parecía groggy.

Con ese ímpetu fue a la caza de Navone, al que le quebró en dos oportunidades para ponerse 3-0 arriba. Pero Mariano no estaba dispuesto a hacerle las cosas sencillas al español y le pagó con la misma moneda: le arrebató dos games de servicio a Rafa, que terminó cometiendo una doble falta para sellar la igualdad en 3-3.

La lucha se tornó más pareja, con Navone muy sólido y Nadal resistiendo cada intento del argentino, que empezaba a ver la posibilidad del triunfo cada vez más cerca. Sostuvieron sus servicios y quedaron 5-5, en un partido que a esa altura ya llevaba casi dos horas y media.

Si Nadal falló en momentos claves del primer parcial, no estaba dispuesto a repetirlo en el segundo. Pudo quebrarle a Mariano para ponerse 6-5 y terminó llevándose el capítulo por 7-5 con un smash que festejó con el puño apretado y la furia de un león.

El tercer capítulo ya no era solamente un partido entre Nadal y Navone: Rafa se medía contra su físico, que a los 38 años y con un historial de al menos 24 lesiones en su haber ya no es el mismo; el argentino se topaba contra aquel al que de chiquilín elogiaba a su ídolo por Twitter. “Dejate de hinchar, Rafa“, había escrito Mariano, y los niños nunca mienten.

Ese fue el vaivén de emociones desde el inicio, con Navone quebrando rápido: el de 9 de Julio se escapó 2-0 y sacó 40-0 para ponerse 3-0, pero un Rafa resurgió, incansable, irrepetible. El ganador de 22 Grand Slams atacó el servicio de su rival y descontó 2-1, luego sostuvo el suyo levantando un break, para firmar el 2-2 que le daba vida.

El quinto juego del tercer set lo tuvo a Rafa determinado a acelerar, poniendo la bola en los flejes, cambiando de ritmo y voleando como cuando era un pibe. Eso sí, precisó de cinco puntos de quiebre para terminar arrebatándole el servicio a Navone, que quedó abajo 2-3, y por primera vez corriendo de atrás en un partido cuyo reloj marcaba las 3 horas y cuarto de duración.

La suerte no estuvo del lado de Navone en el sexto game, cuando tuvo chances de comprometer el servicio de Nadal pero un golpe milagroso del español, primero, y un resbalón del argentino, después, torcieron la definición hacia el lado del zurdo.

Abatido pero con algo de resto, Mariano sacó 2-4 abajo y le ofreció cuatro chances para quebrar a Nadal, invitación que el ex 1 del mundo terminó aprovechando con algunos puntos magistrales, a pesar de otros en los que mostró su falta de ritmo.

Con dos quiebres en contra y el 2-5 del tablero, la cabeza de Navone siguió mostrando frescura y ganas de pelearle al Rey: lo quebró en 15-40 y luego mantuvo su saque con templanza, para volver a enfrentar el servicio del español. Había más partido.

Volvió a quebrar Navone, para igualar el set en 5-5, pero la alegría duró poco: Rafa se recuperó y se llevó el saque del argentino en un suspiro, para ponerse 6-5, con su servicio y (ahora sí) el match en sus manos.

Fue triunfo de Nadal, nomás, en un último game que se resolvió 40-0 e incluyó un saque y red notable del español, el viejo ídolo que diez años después sigue dándole la razón al tuit de Navone. “Dejate de hinchar, Rafa“.

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